Ciertas plantas suculentas como el Agave, el Yucca o la Euphorbia se han hecho bastante populares en los jardines de interior. Pero su primo, la Kalanchoe, planta originaria de África Oriental, aún no es muy conocido. Pero pronto será tan popular como las plantas que hemos citado anteriormente, ya que son plantas igualmente decorativas como fáciles de cuidar.
Las Kalanchoes son plantas suculentas de la familia de las Crassulaceae. Cuentan con más de 130 especies, algunas de ellas caracterizadas por la belleza de su follaje, mientras que otras se distinguen por su soberbia florescencia. Las Kalanchoes están presentes desde el “cuerno” de África (Somalia, Yemen) hasta África del Sur, pasando por Madagascar y Angola. Estas plantas asombrosas son vivíparas: desarrollan sobre el contorno de sus hojas o sus flores de las yemas adventicias.
Son plantas ideales para el jardinero aficionado, quien puede muy fácilmente proceder a su multiplicación. Originaria de regiones subtropicales y semidesérticas, los Kalanchoes adoran la luz y los días cortos. Por eso, en la época en que el día dura menos de 12 horas las especies con flores comienzan a abrirse.
Las Kalanchoes con flores
Ciertas especies encantan con sus flores magníficamente levantadas. Otras nos ofrecen cascadas de campanillas colgantes. Una particularidad interesante es que las flores de las Kalanchoes no se abren totalmente al mismo tiempo, lo que prolonga el placer. Ellas comienzan a abrirse cuando la duración del día disminuye. Del mismo modo, puedes hacerlas reflorecer jugando con la iluminación.
Proporcionales una luz viva, pero sin exposición directa al sol, que las hace enrojecer y quema sus hojas. Riégalas dos veces a la semana de abril a octubre añadiendo media dosis de estiércol para plantas con flores una vez al mes y el resto del año, riega solamente dos veces al mes.
Las Kalanchoes de follaje decorativo
Según las especies, las hojas de la Kalanchoe pueden ser de formas y de dimensiones muy variables. Es en las hojas, espesas y carnosas, que la planta almacena sus jugos vitales. Tu Kalanchoe aprecia la luz viva, pero no el pleno lleno sol, ya que quema sus hojas.
De abril a octubre, procede a regarla, siempre sobre la tierra, una vez a la semana y ponle una vez al mes estiércol para cactus.